miércoles, 4 de diciembre de 2019

Titilante


Os habéis detenido alguna vez, en la oscuridad y la quietud de la madrugada, a vislumbrar con detenimiento y minuciosidad el sutil titileo de las estrellas?
Yo solía salir al balcón a media noche; mi casa era el límite del pueblo. Por esa causa, delante no tenía ningún edificio o construcción que pudiera obstaculizarme la vista, solo había una inmensa oscuridad llena de diminutos destellitos.
A veces, si los observaba lo suficiente, se podía distinguir como un ritmo.
Una delicada y silenciosa melodía que sonaba al compás de mis pensamientos.
Cualquier cosa que pensaba, iba acompañada de esta sofisticada banda sonora.
Cuándo me venía a la mente un feliz recuerdo, parecían mas alegres.
Un día triste? Se apaciguaban.
Cuándo estába enfadado no me fijaba en el ritmo, pero lo que si sabía era que me tranquilizaban. A veces lograban que se me olvidase el motivo del enfado incluso.


Y esque, muchas veces, lo único que necesitamos es poner la vida un poco en pausa, dedicarnos un tiempo y observar las maravillas que nos rodean.